Alumnos de 1º BACH.
Los que ya hayáis trabajado el año pasado el artículo de Rosa Montero, os dejo otro artículo interesante para analizar, un editorial del diario "El País".
PROFESIONALES IMPRESCINDIBLES
Cada año salen al mercado más titulados
universitarios que de Formación Profesional. Unos 190.000 frente a unos
150.000, respectivamente. Nadie parece haberse parado a pensar o, al
menos, a exponer los perjuicios crecientes de esta situación tanto para
el equilibrio del mercado laboral como para el desarrollo del país y
para los intereses de los afectados de forma más inmediata, los jóvenes.
La pirámide se está invirtiendo y si cada vez hay más titulados
universitarios que saben, por ejemplo, hacer proyectos, no sucede lo
mismo con quién los va a ejecutar.
Lo que cobran los universitarios cuando entran en el
mercado laboral se está acercando cada vez más a lo que ganan los
jóvenes que han cursado sólo la educación obligatoria, es decir, la ESO.
La FP -que es la otra opción al Bachillerato después de conseguir el
título de ESO- está en un punto intermedio, pero el 80% de los titulados
en ella en muchas comunidades encuentra trabajo en su campo antes de
seis meses. No les pasa lo mismo a los universitarios.
La FP sigue
considerándose socialmente como la opción para los estudiantes que no
están capacitados para ir a la Universidad. El 71% de los padres de
alumnos de 16 años quiere que su hijo tenga estudios superiores. La
consecuencia es que sólo 3 de cada 20 alumnos que acaban la ESO eligen
la FP en lugar del Bachillerato. Esta situación no encaja, además, con
que el 30% de los alumnos de esa edad ni siquiera logra el título de
ESO.
A estas creencias populares que desprestigian injustamente
una opción educativa (compuesta por dos etapas, FP de grado medio y FP
de grado superior) que forma profesionales imprescindibles para el
sistema productivo español, se une la falta de voluntad política para
buscar una solución, más allá de las buenas palabras que siempre expresa
el Gobierno de turno sobre la FP. Esta etapa necesita un verdadero
vuelco, precisa repensar sus dos conexiones: con el mundo empresarial y
con el ciudadano. Sería deseable meterla directamente en las empresas,
darla a conocer bien en los colegios e institutos e incentivar su
elección. Y no sería mala idea incluso cambiarla de nombre, como
proponen algunos expertos.
En otros países, la FP no está
desacreditada ni mucho menos. Más bien al revés. Sólo el 36% de los
jóvenes españoles ha hecho una Formación Profesional de grado medio,
casi la mitad que en Alemania (67%) o en Italia (62%), y estamos a años
luz también en este tema del país ejemplar en todas las cuestiones
educativas: Finlandia. Allí, el 81% de los alumnos cursan este tipo de
formación, muchos de ellos para tener una preparación práctica antes de
ir a la Universidad.
No debe confundirse el derecho de todos los
alumnos a ir a la Universidad con la necesidad de que todos lo hagan. El
sistema educativo que necesitan los ciudadanos del siglo XXI después de
cursar la educación obligatoria debe ser ante todo flexible.
24/12/2007
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