4.1.
DOSTOIEVSKI Y SU ÉPOCA
Dostoievski
nació en Moscú (Rusia), en 1821. Durante su juventud se vio influido
profundamente por su padre, un médico retirado del ejército, alcohólico y
despótico. En 1838, el joven Dostoievski partió, por decisión de su padre,
hacia San Petersburgo, para ingresar en la Escuela de Ingenieros Militares,
aunque él no se encontraba a gusto con sus estudios técnicos. Tras la muerte de
su padre, a manos de sus propios siervos, y luego de graduarse, decidió
dedicarse a la Literatura. Paralelamente, se sumó a un grupo de jóvenes
intelectuales que estudiaban las obras de los socialistas franceses, prohibidas
por el zar. Todos los integrantes del grupo terminaron en prisión. Sufrieron el
destierro en Siberia y fueron condenados a muerte, pero salvaron sus vidas
minutos antes de la ejecución, al recibir una conmutación de penas. Fiódor fue
condenado a cuatro años de trabajos forzados en Siberia y a servir luego como
soldado raso.
Comenzó
a padecer ataques de epilepsia, que lo acompañarían durante toda su vida. En
1854 fue liberado de prisión y enviado como soldado a una unidad militar en
Mongolia. Allí vivió por un lapso de cinco años, luego de los cuales lo
autorizaron a regresar a San Petersburgo. Luego de diez años de prisión y
exilio, pudo retomar su carrera literaria. Debido a su situación económica,
agravada por su pasión por el juego, tramitó un crédito que le fue concedido
contra el compromiso de presentar una nueva novela en no más de un año.
Cumpliendo con ese compromiso escribió El
jugador. Escapando de sus acreedores, Dostoievski pasó los años
siguientes fuera de Rusia. A pesar de su situación económica angustiosa,
durante este período continuó su labor de escritor. Retornó a Rusia en 1873 y
murió en San Petersburgo, en febrero de 1881.
Durante
la segunda mitad del siglo XIX se produce la sustitución de la estética
romántica por el realismo, en un proceso que abarca tres etapas:
- Desde 1830 hasta 1848 el Romanticismo sigue
siendo el movimiento cultural dominante, pero algunos escritores comienzan a preocuparse por describir más
objetivamente el entorno: es el caso de Stendhal y Balzac.
- A partir de 1848 el realismo se impone en toda
Europa:
Francia (Flaubert), Inglaterra
(Dickens), Rusia (Tolstoi, Dostoievski) y España (Galdós).
- A partir de 1875 el realismo se desarrolla a
través del naturalismo, propugnado por Zola, aunque los límites entre ambos movimientos no están
siempre claros.
La aparición del realismo está íntimamente
unida al desarrollo histórico y a los cambios
sociales, políticos y económicos que se suceden en la segunda mitad del
XIX. La burguesía se consolida como
clase dominante, apoyándose en la posesión de la riqueza. El capitalismo, unido al gran progreso técnico y científico, supone
el predominio de la industria como
medio de producción de riqueza en detrimento de la agricultura, culminando así
la revolución industrial. El liberalismo
democrático será el sistema de organización política en buena parte de
Europa, aunque bajo gobiernos autoritarios.
En esta sociedad burguesa, apegada a su
realidad y satisfecha de ella, no tiene cabida la estética romántica y su
carácter evasivo e insatisfecho. La
nueva estética realista se basa en la descripción del mundo real, habla de lo
cotidiano: el escritor ha de retratar la realidad, con o sin intención
crítica. Esta estética realista encuentra su mejor modo de expresión en la novela: la poesía prolonga los modelos
románticos por más tiempo y el teatro es entendido por lo burgueses como una
mera distracción. Las principales
características de la novela realista son:
- Se trata de una
novela de medio, que describe al hombre en relación con su entorno. Ya
no interesa el aislado e idealista héroe romántico, sino el enfrentamiento
individuo-sociedad.
- Se abordan asuntos
de todo tipo, incluso escabrosos.
- El autor intenta mantener una perspectiva objetiva, que se manifiesta generalmente bajo
la forma de un narrador omnisciente.
- Proporcionan una gran
cantidad de información: ambientes, lugares, costumbres, personajes...
Muestra de ello es la gran abundancia de descripciones.
- Técnicamente,
suelen ser novelas de gran complejidad estructural. Los
acontecimientos se narran de modo lineal y se busca usar un lenguaje
asequible, eliminando la retórica romántica.
4.2. EL JUGADOR Y LA OBRA LITERARIA DE
DOSTOIEVSKI
Dostoievski
es el principal representante del realismo psicológico: sus novelas
plantean siempre dilemas morales y una intensa preocupación por los problemas
religiosos y existenciales. Destaca sobre todo por sus estudios de personajes,
que han servido incluso como modelo de análisis a psiquiatras.
Entre
sus novelas anteriores al destierro en Siberia destaca Pobres gentes, en la que defiende el valor del sufrimiento como
elemento dignificador del alma humana. A su vuelta a San Petersburgo, recoge su
experiencia en la cárcel siberiana en Apuntes
de la casa de los muertos.
Escribe entonces sus novelas más importantes: Humillados y ofendidos,
que enlaza con Pobres gentes; Memorias del subsuelo, en la que
denuncia la soledad del hombre en la nueva civilización urbana; El idiota, retrato de un bondadoso
personaje que fracasa en su intento de redimir a una mujer por amor; Los demonios, en la que desarrolla
la idea de que el ateísmo y el egoísmo conducen a la inmoralidad y el
despotismo.
Sus
dos novelas principales son Crimen y
castigo y Los hermanos
Karamazov. Crimen y castigo narra la historia de
Raskolnikov, un joven estudiante sin recursos que asesina a una vieja usurera,
a la que considera miserable, para salvar a su familia de la indigencia.
Angustiado por el sentimiento de culpa, y pese a que un obrero en estado de
enajenación mental se ha declarado culpable del crimen, decide finalmente
entregarse, por influjo de la joven Sonia. Cumple su castigo en Siberia, adonde
le sigue Sonia, y finalmente recobra el sentido moral. Los hermanos Karamazov es la historia de un parricidio, una tragedia familiar y
doméstica y al tiempo una metáfora brutal y lúcida de la vida humana. La novela
se construye alrededor de Fiódor Karamázov, un terrateniente borracho,
arbitrario y corrompido, y de sus cuatro hijos. Narra las relaciones perversas
que se establecen entre el padre y los hijos hasta que aquél es asesinado y se
acusa del crimen al hijo mayor, que es finalmente juzgado y condenado.
El jugador fue escrita en 1866 y publicada en 1867. La novela refleja la propia adicción de Dostoievski al juego de la ruleta, que en más de un aspecto fue inspiración para el libro. El jugador es además una lúcida reflexión sobre el carácter ruso. Alexei, el protagonista, es el preceptor —pobre, noble y honrado— de la familia del General. Está enamorado de su hijastra Paulina, pero no se atreve a confesar sus sentimientos. La catástrofe se produce cuando la tía del general pierde su fortuna en el casino en pocas horas y el General ve alejarse sus esperanzas de heredar, quedando sumido en la desesperación. Alexei juega compulsivamente a la ruleta y gana una fortuna, que luego pierde con la misma indiferencia con que amontona los billetes sobre el verde tapete. El preceptor, como Ralskolnikov y otros personajes presentes en otras obras de Dostoievski, no controla sus emociones. «Si pudiera dominarme durante una hora, sería capaz de cambiar mi destino», piensa mientras resuelve acudir al casino.
El jugador tiene un cierto carácter autobiográfico. Pero esta narración es mucho más que un retrato de la pasión por el juego, como pretendía explícitamente el escritor ruso. La obra arroja una penetrante mirada sobre las interioridades del carácter ruso. El General vive por encima de sus posibilidades una engañosa vida de fastos y lujo. La tía, rica e inconsciente, fustiga el comportamiento de su sobrino pero pierde su fortuna en la ruleta. Alexei siente un profundo complejo de inferioridad y busca en el juego un rápido enriquecimiento para conquistar a Paulina. Los tres personajes son profundamente fatalistas y piensan en un golpe de fortuna para salvar sus vidas. Pero finalmente las cosas se tuercen y los tres pierden sus esperanzas de ver realizados sus sueños. Dostoievski no realiza un juicio moral sobre las conductas de sus personajes. Los describe y los comprende. Y, en cierta manera, los justifica porque son como él: nada se puede contra la mala suerte, una filosofía hondamente arraigada en el pueblo ruso.